El Viejo

El Viejo

Nuevamente me encontraba en la bella ciudad de Puebla supervisando la labor que realizaba uno de los 2 representantes médicos en consultorios, hospitales, farmacias y mayoristas.

La labor del día era visitar los médicos que estaban cerca de la “zona platanera” (cerca del mercado); las actividades de promoción y venta trascurrían de manera normal de acuerdo a las expectativas esperadas.

Cuando nos dirigíamos a visitar otro médico y al dar vuelta en una esquina, apareció, sobre la banqueta, un viejo adulto mayor, con cartelito al cuello que decía “ciego, sordo y mudo”. ¡Pero esas limitaciones no eran todo!; ¡le faltaban ambas manos!

No daba crédito a lo que estaba viendo, ¿cómo era posible que a un ser humano se le hubieran cargado tantas desgracias? No veía, no oía, no hablaba y no sentía porque estaba mutilado de ambas manos.

Después de una breve reflexión, levante mi cara al cielo y le dije a DIOS: - ¿Cómo es  posible que hayas permitido que a este pobre hombre, se le hayan juntado tantas desgracias? ¿En dónde está tu misericordia?

¡Yo no siendo dios, no lo hubiera castigado con tanto rigor! Se dice enfáticamente que TÚ eres amor, perdón, justicia, misericordia, magnanimidad, comprensión, compasión, piedad, generosidad; y viendo la desgracia de este pobre viejo me pregunto: ¿En dónde quedaron todos esos atributos para con este hombre?

Me sentía confundido, triste y hasta molesto por esta aparente injusticia de DIOS. Entonces el Dios que se describe en la Biblia sí era verdad: Un Dios que castigaba duramente como en el caso de Adán y Eva, de Caín; Sodoma y Gomorra; y en el diluvio universal.

Un Dios que se deleitaba con el olor de las vísceras de ovejas, cabras y becerros cebados puestas en holocausto. Un Dios que recibía complacido el tributo de Abel y no así el de Caín.

En fin, un dios antropomorfo y lleno de las debilidades y caprichos de los seres humanos. ¿Realmente el Dios que se describe en la Biblia es el verdadero DIOS?

Me preguntaba: ¿Si Dios nos hizo a su imagen y semejanza, porqué nos hizo imperfectos? ¿Es congruente que si nos hizo imperfectos, nos castigue por toda la serie de faltas que tenemos derivadas de esa misma imperfección? ¿Por qué nos exige un comportamiento que, por su propia naturaleza imperfecta, no nos es viable tener?

Tal vez haya algo o alguien que pueda dar contestar a todas las preguntas que muchos nos planteamos y que no encontramos respuestas que nos satisfaga porque no pasan ni nuestro criterio, ni nuestro sentido común.  

Algo dentro de mí me decía que ese Dios Bíblico no era en verdad el DIOS verdadero y que mucha gente, en diferentes épocas y con poder religioso, “metió su mano”, para deformar la verdad y así manejar, controlar a las masas, salvaguardar y ampliar sus intereses mezquinos y en donde el amor al prójimo es una falacia y sólo quedó la certidumbre de una sarta de mentiras como el infierno, el purgatorio, el diablo, los 7 pecados capitales y de un castigo eterno que nunca alcanzará el perdón de Dios. ¿Usted qué cree amigo, amiga lector (a)? ¿Ese Dios bíblico es el verdadero?

La escena del viejo limosnero ciego, sordo, mudo y manco, me había provocado una gran necesidad de indagar la verdad acerca de DIOS; no me conformaba con respuestas como esta: -“Es la voluntad de DIOS”, “Es la ley de DIOS”, etc.

Después de varios años de indagar por aquí y por allá, fue tomando forma el DIOS verdadero: el único, el de siempre y para siempre.

Ahora ya sé que el pobre viejo ciego no estaba siendo castigado por DIOS; que estaba operando la ley espiritual de LA CAUSA Y EL EFECTO y a la cual nadie puede escapar de sus efectos.

Esta ley postula: “Todo mundo puede hacer lo que le venga en gana, pero nunca podrá escapar a sus consecuencias buenas o malas”. El pobre viejo ciego estaba recogiendo la cosecha de lo que alguna vez sembró.

Cristo también dijo; “El que siembra vientos, cosechará tempestades y también que el que a hierro mata a hierro muere” y Pablo de Tarso dijo: “No se engañen, aquello que siembran es lo que van a cosechar”.

Es como la ley de la termodinámica que al calentar una plancha y no tenemos cuidado, nos podemos quemar porque la tocamos con una mano o un brazo y no por ello podemos decir que es un castigo de DIOS. O porque al violar la ley de la gravedad, nos caemos de una gran altura con sus nefastas consecuencias y tampoco podemos decir que fue por un castigo de DIOS.

En ambos ejemplos los efectos han sido consecuencia de transgredir leyes físicas y que no son el resultado de un castigo divino.

Ahora sé que DIOS hizo leyes espirituales que operan para todos sus hijos y que lo mismo, como efecto, enseñan gratificando a los que hacen el bien, como también, como efecto, también enseñan, con dolor, (no hay castigo) a los que hacen el mal.

También ahora sé que DIOS nunca, a nadie, le da una carga, con la que no pueda; repito, no hay saña divina. DIOS es un maestro amoroso que le da a cada uno de sus hijos (as) la libertad de equivocarse en forma inconciente o deliberada. Pero en el efecto de cada acto está presente una enseñanza que nos ira haciendo crecer espiritualmente hasta religarnos con DIOS.

Va de cuento: "Con la esperanza se anticipa el poder de DIOS, con la fe se aglutina el poder de DIOS y con el amor se ejerce el poder de DIOS"

 

 

Hasta el próximo Blog

Prof. Reynaldo A. Serrano
profserrano90@hotmail.com

 

Reynaldo Andres Serrano Becerril

Profesor de Mercadotecnia, ventas y atención y servicio al cliente en Universidad Anáhuac 1985-2010

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